Sobre los autores

Los responsables de estas publicaciones son maestros que estudian en la Escuela de Ciencias de la Educación, y cursan la asignatura de Sistema Educativo Mexicano. En la ciudad de Monterrey Nuevo León, Mexico

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El rol de los padres de familia en el proceso de enseñanza aprendizaje

Por: Ricardo Camarillo Barron

Introducción
A pesar de que la familia es el primer agente socializador durante la niñez actualmente ésta ya no desempeña el rol socializador totalizante, pues otros agentes han asumido muchas de sus funciones. Uno de estos agentes es la escuela. En los últimos tiempos hemos visto como los padres de familia debido a sus diversas ocupaciones o debido a que por necesidades económicas las madres de familia tienen que salir a trabajar se ha descuidado la atención que deben tener con sus hijos afectando esto directamente al desarrollo que éstos tienen dentro de las escuelas.
No es un deber exclusivo del educador la formación del niño o el adolescente sino que, es un trabajo conjunto de los padres, los alumnos y el profesor de modo que, si alguna de las partes no cumple con su rol es muy difícil que el proceso de enseñanza-aprendizaje logre sus propósitos y metas. Ahora se da más responsabilidad a la familia en relación con la escuela y cuesta que las familias entiendan esta situación
Aunque no esté bien definido el rol del padre de familia dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje es por demás evidente que su participación es de suma importancia ya que es o debiera ser la autoridad máxima para el niño o adolescente.; de tal manera que pasa a ser un apoyo importante para el profesor en cuestión de disciplina y cumplimiento de tareas y trabajos.

Planteamiento del problema
En la actualidad resulta muy complicado obtener los resultados deseados en el aprovechamiento escolar de los jóvenes de secundaria. Los factores pueden ser diversos, desde distractores como la televisión, las redes sociales y la Internet, hasta la falta de comunicación con padres y maestros, la desintegración familiar, la violencia intrafamiliar y problemas económicos. En el entendido de que los actores en los procesos de enseñanza y de aprendizaje son el alumno, el maestro y el padre de familia, a continuación se expone la problemática que se presenta en la mayoría de mi centro de trabajo con respecto al rol que deben desempeñar los padres en la formación integral de nuestros jóvenes.
Si hay algo que debemos aceptar, con respecto a la educación de los hijos, es el hecho de que son los padres los primeros y principales educadores, sin olvidar que nosotros los profesionales de la educación representamos una figura determinante en la formación inicial. Es necesario internalizar el hecho de que la familia es el ámbito del desarrollo más profundo de la persona, por tanto, es en ella donde los hijos aprenden a vivir y sobre todo a hacer frente a cada una de las circunstancias que la vida misma les depara. Como consecuencia se derivan mejores resultados de la ejecución de autoridad por parte de los padres al guiar el proceso de desarrollo de los hijos. Lamentablemente muchos padres no asumen el protagonismo de la educación de sus descendientes por considerar que es la escuela quien debe cumplir con esa tarea.
Los padres, como consecuencia de las actividades propias de los adultos y con la necesidad de que la madre salga a trabajar fuera de casa, han dejado de lado la educación y supervisión de las actividades que sus hijos realizan dentro y fuera de la casa, lo que ha provocado que los jóvenes estén desorientados y no valoren el esfuerzo de los padres por sacarlos adelante, ni el de los maestros para que logren en su vida adulta ser hombres y mujeres que se desempeñen en las actividades económicas de una manera eficiente ofreciendo un trabajo de calidad y así mismo tengan un nivel de vida mejor.
Uno de los indicadores de esa falta de atención de los padres en el desarrollo intelectual de sus hijos es la falta de supervisión en la entrega de trabajos y tareas; pues es fundamental el cumplimiento de los mismos ya que a través de ellos los alumnos confirman los aprendizajes y el maestro detecta las áreas de oportunidad de sus alumnos. Así, resulta determinante que tomemos en cuenta todos los factores del entorno que favorecen esta situación en los alumnos.
Los centro educativo que se encuentran en las zonas marginadas, principalmente, presentan un entorno social muy especial; es muy grave el problema de desintegración familiar, violencia intrafamiliar, problemas de adicción y problemas económicos. Inclusive nos atrevemos a pensar en una correlación con problemas de delincuencia organizada, que también es muy grave, porque los alumnos de este entorno están pasando a formar parte estos grupos. Se tienen casos de suicidio de alumnos que toman esa decisión por la problemática familiar aguda que estaban padeciendo y esto pone de manifiesto la manera en que ésta situación afecta el desarrollo de nuestros alumnos en la escuela.

3. JUSTIFICACIÓN
Según las teorías del aprendizaje más aceptadas (Perrenoud, Ausbel, Vigotsky, Piaget, entre otros) se debe considerar la educación integral del alumno y el desarrollo de competencias, entendidas como la capacidad de poner en operación los diferentes conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores de manera integral en las diferentes áreas de interacción que tienen los seres humanos en todas las áreas de su vida. Ser competente es manifestar en la práctica los diferentes aprendizajes, satisfaciendo de esta manera las necesidades y los retos que tienen que afrontar los alumnos en los diferentes contextos en donde interactúan. Por esto en la Escuela los maestros guían a los alumnos en la adquisición de conocimientos, les sirven de soporte e inducen a los mismos a realizar procedimientos que demuestren los aprendizajes adquiridos.
La evaluación es un instrumento para medir los conocimientos, procedimientos, actitudes y valores de los estudiantes con el fin de conocer sus fortalezas y debilidades para poder realizar adecuaciones a la planeación de contenidos y así lograr los aprendizajes esperados con ase al desarrollo de competencias. Existen varios tipos: heteroevaluación, autoevaluación y coevaluación. Para hacer estas mediciones tenemos que tener evidencia de los conocimientos adquiridos y esta sería los trabajos y tareas de los alumnos. Lo que nos lleva a una primera reflexión; ¿Qué deben hacer los padres de familia para que sus hijos cumplan con trabajos y tareas y el maestro pueda evaluarlos de una forma más objetiva?
Si los padres supervisan el trabajo de sus hijos y aplican reglas desde su casa para el cumplimiento de sus deberes, esto se verá reflejado en los índices de aprovechamiento en la escuela y a su vez se verá reflejando este resultado en los exámenes aplicados a nivel nacional e internacional, por ejemplo los exámenes de ENLACE que son un instrumento de evaluación internacional que nos da una idea el desarrollo intelectual de nuestros alumnos y es triste saber pues es de dominio público el hecho de que nuestro país está en los niveles más bajos de educación en el mundo.
Es importante que el maestro y el padre de familia estén en constante en comunicación con respecto al trabajo que está realizando el alumno para detectar a tiempo cualquier contrariedad y poder aplicar estrategias didácticas que favorezcan el desempeño del mismo. . La relación que se establece entre los padres de familia y los docentes es medular en la adquisición de conocimientos y el desarrollo de las actitudes y valores del el alumno.
Marco legal
El fundamento legal que determina las funciones, derechos y responsabilidades de los padres de familia se establecen en la Ley General de Educación en el Capítulo VII, Sección 1, en el artículo 65 y 66, de la Participación Social en la Educación en donde señala:
Artículo 65.- Son derechos de quienes ejercen la patria potestad o la tutela:
I.- Obtener inscripción en escuelas públicas para que sus hijos o pupilos menores de edad, que satisfagan los requisitos aplicables, reciban la educación preescolar, la primaria y la secundaria;
II.- Participar a las autoridades de la escuela en la que estén inscritos sus hijos o pupilos, cualquier problema relacionado con la educación de éstos, a fin de que aquéllas se aboquen a su solución;
III.- Colaborar con las autoridades escolares para la superación de los educandos y en el mejoramiento de los establecimientos educativos;
IV.- Formar parte de las asociaciones de padres de familia y de los consejos de participación social a que se refiere este capítulo, y
Fe de erratas 29-07-1993
V.- Opinar, en los casos de la educación que impartan los particulares, en relación con las contraprestaciones que las escuelas fijen.
Artículo 66.- Son obligaciones de quienes ejercen la patria potestad o la tutela:
I.- Hacer que sus hijos o pupilos menores de edad, reciban la educación preescolar, la primaria y la secundaria;
Reforma 10-12-2004
II.- Apoyar el proceso educativo de sus hijos o pupilos, y
III.- Colaborar con las instituciones educativas en las que estén inscritos sus hijos o pupilos, en las actividades que dichas instituciones realicen.

En el plantel educativo donde laboro la participación de los padres en el proceso educativo de sus hijos es casi nula. Por lo que considero interesante investigar cuales son las causas de este problema para poder implementar estrategias efectivas para atraer a los padres y hacerlos que se interesen en el desarrollo intelectual de sus hijos.
La problemática de los adolescentes se complica por la insatisfacción de las necesidades primordiales de sustento, vivienda, vestido y oportunidades para seguir estudiando. El apoyo de los padres de familia se diluye en las actividades cotidianas en la búsqueda de mejores condiciones de vida para la familia. Sin embargo, la ausencia forzada de ambos padres de familia y la cantidad de miembros que las integran facilita la desintegración familiar.

Desde la década de 1970 a 1980 se presenta una explosión demográfica en México; la mujer se ha visto en la necesidad de salir a trabajar fuera de casa lo que implica un cambio de rol muy importante pues el hombre no asume la necesidad de apoyar en el cuidado y educación de los hijos, por lo tanto los jóvenes están mucho tiempo solos y sin supervisión lo que trae como consecuencia una problemática de formación cultural que se está reflejando en la falta de responsabilidad en las escuelas.
En el entorno en el que realizo este estudio se presenta el fenómeno de la migración de la familia de las zonas rurales a las ciudades lo que implica un cambio en su organización estructural, agudizando más la desintegración familiar, ya que su lugar de origen los jóvenes eran cuidados y supervisados además de los padres, por los abuelos, tíos, vecinos, y demás personas que formaban parte de su entorno social; a diferencia de la ciudad en donde llegan a comunidades totalmente ajenas y con costumbres de aislamiento totalmente arraigadas.
Conclusiones
La metodología participativa nos permite que los resultados que se van obteniendo se puedan aplicar inmediatamente en el contexto escolar y observar los resultados que en la actuación de los participantes se vaya reflejando.
Los resultados de esta investigación arrojaran información muy valiosa, la cual, el maestro utilizará para aplicar estrategias de aprendizaje adecuadas para cada situación que los alumnos presenten.
El proceso de enseñanza-aprendizaje se realizará de manera mucho más sencilla puesto que cada parte estará cumpliendo con su responsabilidad y de esa manera se tendrán los aprendizajes esperados en los alumnos que tendrán que ir en relación directa con las competencias a desarrollar propuestas en el programa.

Referencias
Ley General de Educación.Capítulo VII sección 1. México. SEP
Perrenoud. P. (2009)“Diez competencias del aprendizaje”. Recuperado de: gestionescolarnl.net/Documents/pecee_impresion.doc .
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-07052002000100007&script=sci_arttext
Borsotti, C. (1984). Sociedad Rural, Educación y Escuela en América Latina. Kapelusz. Buenos Aires.
CIDE. (2000). Campos de Acción. Familia, Escuela y comunidad. Recuperado de: http://www.cide.cl/campos/fam2.htm
Díaz, B. & Hernández (1999). Estrategias Docentes para un Aprendizaje significativo, México, Editorial McGraw Hill,

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